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La Sala negó la medida cautelar de suspensión provisional de los efectos de los actos acusados, solicitada por Ciclo Total S.A.S. E.S.P. El Consejo de Estado consideró que, aunque la parte demandante argumentó la existencia de un perjuicio irremediable y la firmeza de los actos, no se cumplían los requisitos establecidos en el artículo 231 de la Ley 1437 de 2011 para decretar dicha medida cautelar. En particular, se determinó que no se acreditó la violación de disposiciones legales que justificara la suspensión provisional, lo que llevó a desestimar la solicitud de la empresa

En el presente caso, la Alcaldía del municipio de Guapi -Cauca-, ordenó notificar personalmente la Resolución No. 391 del 30 de diciembre de 2008 al representante legal de SIE DE COLOMBIA S.A. E.S.P. Se acreditó que, en cumplimiento del artículo 45 del Código Contencioso Administrativo, el municipio realizó la notificación de la por Edicto que se fijó por espacio de veinte (20) días hábiles comprendidos entre el “20 de marzo de 2009” y el “17 del mes de abril de 2009”. La Sala concluyó que la notificación por edicto cumplió con los requisitos legales, y el cómputo de la caducidad de la acción se inició a partir de la desfijación del edicto. Así, se precisó que la caducidad de la acción de controversias contractuales no se había interpuesto dentro del término legal, lo que llevó a mantener la validez de la resolución que declaró la caducidad del contrato.

La Sala recalca un criterio que la lleva a diferenciar entre el juicio de responsabilidad contractual por incumplimiento, y el que antecede a la condena por restablecimiento del equilibrio de la ecuación económica, en el entendido que el primero corresponde a la inobservancia de las obligaciones contraídas en virtud de la celebración del negocio jurídico, mientras que el segundo obedece a factores externos de las partes (teoría de la imprevisión), actos de la entidad contratante que modifiquen las condiciones (ius variandi) o decisiones de la administración (hecho del príncipe).  Esta línea de entendimiento que diferencia ambos institutos se ha seguido por cuanto, pese a que el artículo 5.1, de la Ley 80 de 1993 establece una regla en la que plantea la disyuntiva hipotética de quiebra del equilibrio económico por uno u otro motivo, dicho planteamiento lo ha hecho el legislador para definir, con fundamento en esas dos suposiciones, respuestas diferentes. En esta ocasión, en línea con el criterio observado por la Subsección en una oportunidad anterior, se mantendrá ese criterio, adicionando, a la consideración ya expuesta, la conveniencia que encuentra en denotar la ratio que subyace en ese trato diferenciado, en cuanto la responsabilidad contractual por causa de incumplimiento abre el escenario de la reparación hasta los confines de la integralidad, y supone, no sólo la verificación de la acreditación del daño antijurídico, sino la subsiguiente imputación jurídica de ese daño a la demandada bajo título de incumplimiento; mientras que el restablecimiento del equilibrio económico ha sido limitado por el legislador a un punto de no pérdida, y para prosperidad de tal pretensión basta con demostrar la quiebra de ese equilibrio, sin juicio de imputación jurídica a la demandada, pues para ello señala como suficiente el juicio de causalidad.

El Consejo de Estado resolvió el caso de Colsalminas Ltda., confirmando la caducidad de la acción presentada por la empresa en relación con el desequilibrio económico de su contrato de concesión minera. Colsalminas argumentó que la imposibilidad de explotar el área minera se conoció a partir de la comunicación del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en 2019, que prohibió la explotación debido a la declaración de la zona como de interés arqueológico mediante la Resolución No. 040 de 2011. Sin embargo, el tribunal determinó que la demanda no se presentó dentro del plazo establecido, ya que el desequilibrio económico no se configuró en el momento que Colsalminas alegaba, sino que estaba sujeto a las reglas de oportunidad de la demanda. Así, el Consejo de Estado concluyó que la acción había caducado, desestimando las pretensiones de la empresa y reafirmando la validez de la resolución que limitaba la explotación minera en el área concedida.

Prensa jurídica conoció el estado de los cinco (5) procesos de nulidad que cursan ante la Sección Primera del Consejo de Estado contra el Decreto 1275 de 2024, que otorga competencias ambientales a las autoridades indígenas. En los documentos adjuntos disponibles para descarga, podrá descargar la constancia de cada proceso en la cual se evidencian las actuaciones surtidas en cada uno.

El Consejo de Estado negó las pretensiones del Consorcio P&P SAI Líbano en relación con la demanda contra la Secretaría de Educación Distrital (SED) de Bogotá, que había declarado la caducidad del contrato de obra, así como la ocurrencia de un siniestro por incumplimiento. El Consorcio argumentó que la SED no contaba con la licencia de construcción al momento de la firma del contrato y que las suspensiones en la ejecución del mismo alteraron el equilibrio económico, impidiendo su cumplimiento. Sin embargo, la Sala determinó que la SED actuó dentro de su competencia al declarar la caducidad, ya que esta decisión se tomó antes de que finalizara el plazo de ejecución contractual. Además, se destacó que la SED había otorgado prórrogas al Consorcio, que no cumplió con sus obligaciones, lo que llevó a la entidad a hacer efectiva la cláusula penal y a liquidar el contrato de manera unilateral. La decisión del Consejo de Estado se fundamentó en la falta de justificación del Consorcio para su incumplimiento y en la necesidad de garantizar la continuidad de los servicios públicos, lo que reafirma la legalidad de las acciones tomadas por la SED en este contexto.

La Sala destaca que cuando el desequilibrio contractual es atribuible al incumplimiento del ente contratante, se debe restablecer la ecuación económica al momento en que se firmó el contrato. Esto implica que el contratista tiene derecho a recuperar el equilibrio original que existía al inicio del acuerdo. Por otro lado, si el desequilibrio ocurre debido a circunstancias imprevistas que no son responsabilidad del contratista, el restablecimiento del equilibrio se ajustará hasta un "punto de no pérdida". Esto significa que el contratista no podrá reclamar más allá de lo necesario para evitar pérdidas, asegurando que no se beneficie de situaciones que escapan a su control. Este enfoque busca proteger tanto los derechos del contratista como la integridad del contrato, garantizando que las partes asuman sus responsabilidades de manera justa y equitativa. En resumen, la forma en que se restablece el equilibrio depende de la causa del desequilibrio, ya sea por incumplimiento o por factores externos no atribuibles al contratista.

El Consejo de Estado rechazó la solicitud de nulidad presentada por EMGESA contra las resoluciones de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), que imponían a Enel Colombia S.A. ESP la obligación de implementar un plan de contingencia ante la posible suspensión del bombeo de aguas del río Bogotá al embalse del Muña. En su análisis, el Consejo destacó que las resoluciones estaban fundamentadas en estudios técnicos que evidenciaban riesgos significativos para la salud pública y el medio ambiente, en caso de que se interrumpiera el bombeo.

La sala reitera que, según la jurisprudencia de la Corporación, los actos administrativos derivados de un proceso de cobro coactivo no se limitan únicamente a los especificados en el artículo 835 del Estatuto Tributario. Esta interpretación amplia permite que diversos actos administrativos, que surgen durante el proceso de cobro, sean susceptibles de control judicial. Por lo tanto, estos actos pueden ser impugnados mediante la acción de nulidad y restablecimiento del derecho, lo que garantiza una mayor protección jurídica a los contribuyentes y permite el cuestionamiento de decisiones administrativas que, aunque no estén explícitamente mencionadas en la norma, afectan los derechos de los involucrados en el proceso de cobro coactivo. Esta ampliación del ámbito de control judicial busca asegurar que las controversias relacionadas con la aplicación de normas tributarias sean adecuadamente tuteladas.

La controversia se originó en el marco de un contrato de obra, donde la Fundación fue demandada por el Municipio de Medellín y la Corporación Parque Arví por no ejecutar adecuadamente la obra, dejando un 21.08% sin completar. A pesar de los argumentos de la Fundación sobre la paralización de las obras debido a la espera de dictámenes periciales, el tribunal determinó que no se presentó evidencia suficiente que justificara esta inacción.