En total, este año se registra un hurto de 2.500 barriles diarios de hidrocarburos en promedio, de los cuales 2.439 corresponden a crudo, la mayoría proveniente del oleoducto Caño Limón-Coveñas. El apoderamiento de hidrocarburos, como se denomina técnicamente, es un delito que pone en riesgo a las comunidades vecinas (en especial por el combustible) y afecta el medio ambiente (principalmente por el crudo derramado), ya que este tipo de instalaciones ilícitas se hace de manera rudimentaria o artesanal y en ocasiones deja fugas de productos que afectan suelos y recursos hídricos e impactan la flora y la fauna.