MinAmbiente considera que el ruido generado por actividades industriales y comerciales es un fenómeno que puede afectar la salud pública y la tranquilidad de las comunidades. La entidad establece que la regulación del ruido es fundamental para prevenir la contaminación acústica y proteger el medio ambiente. Indica que a través de la Resolución 627 de 2006, se fijan normas y estándares de emisión de ruido que deben ser cumplidos por las industrias, independientemente de la normativa de ordenamiento territorial. Esto implica que las actividades industriales deben ser compatibles con la protección de la calidad del aire y el bienestar de la población. Además, se destaca que el control del ruido es una competencia compartida entre las autoridades ambientales y las entidades territoriales, lo que requiere una gestión coordinada para mitigar el impacto del ruido en el entorno. En resumen, MinAmbiente busca garantizar que las emisiones de ruido no perjudiquen la salud ni el ambiente, promoviendo un desarrollo sostenible.