inundaciones, heladas, granizadas, deslizamientos y avalanchas, incendios erupción o actividad volcánica; entre otros, los riesgos naturales de tipo biológico y sanitarios como plagas y enfermedades y los riesgos de mercado y antrópicos.
Estos riesgos deberán ser ajenos al control del tomador asegurado y beneficiario de fuerza mayor o caso fortuito y que afecten la producción agropecuaria y la estabilidad de los ingresos de los productores. El riesgo antrópico se considera como aquel causado por la actividad humana, entre los que se encuentran incendios forestales, contaminación por uso de agroquímicos, obigeato, entre otros.